martes, 29 de diciembre de 2015

HE VISTO... Star Wars. Ep VII: El despertar de la Fuerza.




Dividiremos esta reseña en dos partes: una libre de spoilers y para todos los públicos, y otra, convenientemente anunciada, para los que ya la hayan visto o locos suicidas a los que nada temen en la vida. 

Comencemos.

Hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana... ya han pasado treinta años desde que se supiera algo de Luke Skywalker, tras derrotar a Darth Vader y destruir la Estrella de la Muerte, otra vez. En ese tiempo la princesa Leia ha llegado a convertirse en general de la Nueva República, pero la galaxia aún está en guerra y, haciendo honor a su título, la Resistencia tiene que volver a unirse, recuperando viejas glorias para lucha contra la Primera Orden, una logia siniestra, comandada por Kylo Ren, que hace resurgir al lado oscuro de la Fuerza con nombre y look templario. 
A los antiguos personajes de la saga se unen Poe Dameron, el mejor piloto de caza del ejército de la general Organa, poseedor de  BB-8, un androide rodante, que habla como R2. Finn, un desertor de la Primera Orden y Rey, una chatarrera... Y hasta aquí os puedo contar si queréis disfrutar como se debe de la película que todos estábamos esperando.

La verdad es que da todo lo que el fan medio puede esperar: unos efectos especiales de la hostia, faltaría más, personajes antiguos y nuevos, un villano imponente, innumerables guiños a la trilogía original y un montón de acción y naves a hipervelocidad. Sí, todo eso y alguna sorpresa más. Pero tengo que decir que no es lo que me esperaba. Y gran parte de la culpa es mía, que me he pasado meses sin hablar, ver o leer nada referente a este nuevo episodio. La maldición del hype, que no importa dónde ni cómo te escondas, siempre te atrapa.

Inocente de mí, esperaba ver nuevas aventuras de algunos de mis personajes de ficción favoritos. Pero no ha sido así. Reconozco que me ha sacado muchas sonrisillas nostálgicas y las escenas de acción no están nada mal, pero me ha faltado chicha, no sé, un tema musical épico, o algo más que una mera presentación de lo que está por venir. Genial para atrapar nuevos adeptos, para que padres e hijos se congratulen yendo al cine y disfruten juntos de lo que para algunos llega a ser una religión. Pero no ha sido suficiente para mí. Y creo que hasta aquí puedo hablar sin incurrir en delito de spoiler. Espero que la disfrutéis y le saquéis todo el jugo que podáis.

Y ahora sí, agárrate el refajo Maripili, que voy.





 En serio, si no la has visto deja de leer ahora mismo porque voy a soltar lo más grande.





Venga, dejad de jugar, que luego lloráis y os pasan cosas en la cola del cine... => Link





Pues nada, avisados estáis. El que lo lea ya es bajo su propia responsabilidad.


Vamos a ver por dónde empiezo, que me queman los dedos... Lo de antes evidentemente era una pantomima sosaina para no acabar con las ilusiones de los pocos que aún no la hayan visto. Pero vosotros sabéis de lo que hablo. En realidad no me ha gustado nada. Lo dije. Dije que J.J Abrams era un maldito titiritero que nos embauca a todos con sus trucos de luces y sombras y luego se queda con todo nuestro dinero, con nuestras ilusiones y con nuestra fe. Ya lo ha hecho otras veces y, tranquilos, que lo hará más. Y yo soy tan idiota que caigo una y otra vez. Es su modus operandi. Vendernos humo. Porque todos queremos tener fe en un guión que nos deje con el culo torcido. ¿A cuántos de nosotros nos hizo perder el tiempo con Lost y su final épico pensado desde el primer capítulo? Vendedor de humo, y además negro. Lo he intentado defender durante años, pero me lo pone tan difícil...

Qué poca vergüenza J.J. Un triste reboot que nos has vuelto a colar, ¿eh, majo?. Pero no un reboot cualquiera, no, un reboot que roza el remake (Me cago en la leche que te has copiado la mitad de los planos). No lo llames Episodio VII, llámalo Star Wars A New Fantasy Age... No, espera, mejor llámalo Episodio IV versión 2.0: Una Nueva Estafa. Es que no le falta detalle, y lo que no puede copiar por cuestiones físicas te lo cuela como guiño. La pequeña friki que llevo dentro y que tantas veces se ha emocionado con la jodida guerra de las galaxias, llora. Llora muy fuerte porque con cada sonrisilla nostálgica que le sacaban todos esos guiños se daba cuenta de que sólo era un truco más para tocar su pequeño corazón y que pasara por alto muchas cosas. Que nos está vendiendo el mismo perro con otro collar y sólo ha cambiado de nombre a Obi Wan, a Darth Vader, a Yoda y a R2.

Dentro de toda esta mezcolanza de cosas antiguas con cosas nuevas de las que no nos cuentan nada (si no te da para una trilogía, no hagas una trilogía, vendehumos), tengo que reconocer que la figura de Kylo Ren representa un villano al que temer, con una pisada fuerte, quizá con un mandoble láser de eficacia reprobable, pero digno nieto de su abuelo... hasta que se quita el casco. Anda, hijo de mi vida, vuélvetelo a poner, que has tenido que matar a tu padre para que no te humillase delante de tus amigos mandándote a tu cuarto de un bofetón.

Lo que nos lleva al siguiente punto clave. A ver, que es Han Solo el que se ha muerto, no un extra de segunda fila. Y que no ha sido un accidente doméstico, que lo ha matado el Sith Campeador. A Amidala, la culpable de toda esta mierda, le hacen un funeral con paseíllo de ataúd abierto y todo, al que va hasta Jar Jar Binks (al que sí deberían haber matado en esta entrega) y Solo se muere solo, valga la redundancia más que nunca. Ni una muestra de agradecimiento ni nada. Leia sólo percibe una pequeña perturbación en la Fuerza, nadie lo menciona cuando regresan y ni siquiera dejan a Chewie llorarle a gusto. Qué falta de consideración ante unos personajes que han dado tanto.

Menuda sensación de estafa al salir del cine. Una mezcla de nostalgia y decepción se apoderó de mí de tal manera que no era capaz ni de expresar mi indignación. Una sensación de vacío abrumador que paradójicamente me llenaba la cabeza una y otra vez con todas las imágenes que acaba de ver... pero que ya había visto mil veces. Soy la primera en renegar de Episodio I, II y III pero que tenga que llegar este día para que dé mi brazo a torcer y reconozca que, al menos, son historias originales. Malas, pero originales. El sonido de las vainas durante la carrera o la nueva y épica banda sonora que completa la ya creada anteriormente forman parte de la Historia de Star Wars, pero por más vueltas que le doy a ésta, no le encuentro nada. Recapitulemos: No hay guión, no hay desarrollo de personajes, no hay música ni planazos nuevos que recordar. Y encima matan a Han Solo sin pena ni gloria. ¡Es todo genial!

Da mucha rabia abrir los ojos y ver que el Despertar de la Fuerza es más bien el despertar de Disney ante una nueva mega franquicia que reexplotar sin piedad. Y el atardecer de Abrams como director en lo que a mí me concierne.

Mi único consuelo es que R2D2 sigue siendo el puto amo.

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