sábado, 31 de octubre de 2015

ESPECIAL HALLOWEEN... Pesadilla en Elm Street.



Este año el especial no podía llevar otro nombre. Wes Craven te adoramos. Los fans del género de terror estamos de capa caída. Hace unos pocos meses que uno de los tres pilares sobre los que se apoya el concepto de cine de terror actual se ha ido, dejando huérfano a Freddy Krueger. Junto a John Carpenter y David Cronenberg hizo resurgir las películas de terror slasher dando nuevas pautas, ideas, y recursos para películas venideras. Y, aunque las bases siempre han estado ahí, una y otra vez demostraba quién era el jefe. ¿A papá le vas a enseñar a hacer hijos? Pues evidentemente no, y a la vista está que su legado puede presumir de sagas como Scream o Las Colinas tienen Ojos, nos mostró los orígenes de los zombis con La sepiente y el arcoíris, y además tuvo los santos cojones de llevar al cine La Cosa del Pantano... y justo después de esa, realizó una de las mejores películas de terror de la historia. Jo, Wes Craven, ¿por qué te has ido? 

Así que, qué mejor que hacer doblete y rendirle mi humilde homenaje viendo (otra vez) y reseñando (nunca lo había hecho) su obra emblema, Pesadilla en Elm Street. La primera de una saga eterna, a la que mucho directorucho ha querido sumarse a lo largo de su historia, y pretenden cosechar parte de su éxito con remakes basuras, que incluyen "El Origen" en su título y luego ni origen, ni chicha, ni limoná. Por no tener no tiene ni al actor original. El origen de Halloween de Rob Zombie, del que ya os he contado cosas aquí, ESO es un origen. En fin, que con mejores o peores resultados todas giran en torno a uno de los monstruos que más niños y adolescentes ha aterrorizado del mundo. Gracias Freddy contigo empezó todo.




Un grupo de adolescentes comienza a tener pesadillas con un extraño hombre de cara quemada, con sombrero, jersey a rayas y un guante con dedos de cuchillas, que los persigue en sus sueños y los ataca hasta la muerte. Una noche los padres de una de las chicas se marchan y la dejan sola, así que su mejor amiga y los novios de ambas se quedan para hacerla compañía. (Atención al novio de la protagonista. Un imberbe y desconocido Johnny Depp realizando el primer papel protagonista de su vida. Con Freddy. Si es que todos los tontos tienen suerte... Y no fué el único, Wes Craven puede jactarse de haber descubierto a Sharon Stone y Bruce Willis. Ahí es nada). Durante la noche Freddy entra en el sueño de una de las chicas y la mata entre litros y litros de sangre, delante de su novio, que es acusado y encerrado porque creen que es un crimen pasional.

Los chicos intentan explicar que el asesino no es humano, que por mucho que investiguen no van  a dar con él en este plano de la consciencia, pero ¿quién va a creer a unos chavales? Pues nadie, así se pasan toda la peli tomando pastillas para no dormir y cantidades ingentes de café, para que no los atrape, pero en algún momento tendrán que dormir. Aviso: Se pasa muy mal si se visiona a altas horas viendo a los pobres protagonistas entrando y saliendo de la realidad, luchando para no caer en las garras de Morfeo. Y no es Morfeo quien les espera precisamente, sino Freddy, pacientemente, acechando en la sombra, mientras se aproxima haciendo chirriar sus cuchillas contra la pared. 

Lo mismo sólo quiere un abrazo.
 La sensación de angustia y claustrofobia, además de la iluminación, nos la proporciona la banda sonora, creada a partir de unos sintetizadores del mal que no paran de taladrarte el oído, combinada con efectos de sonido que consiguen desquiciar al más pintado. Y las niñas. Las putas niñas que cantan la canción de la muerte mientras saltan a la comba.

Pesadilla en Elm Street en general y Freddy en particular, se han convertido en un icono del terror. En uno de ésos que se diseñan para ser recordados de por vida: sombrero, jersey rojo y verde, la cara hecha un cristo y el guante, claro. Un sádico sin escrúpulos, que goza aterrorizando a los jóvenes, corriendo hacia ellos como un puto espantajo, entre sombras deformadas, regodeándose en su propia maldad. Una personalidad siniestra pero con un humor característico con el que se hace querer. No me negaréis que es de ser muy grande que, en medio de una persecución, mientras tu víctima está aterrorizada, pares en seco y digas "¡Mira!" y te cortes los dedos, o te sajes el pecho y salgan gusanos... Festival del humor negro. Es cierto que se explota más en las secuelas, pero en esta ya se aprecia lo retorcido hijo de puta que es.

Come to daddy
 El personaje creado por Craven y encarnado por el grandísmo Robert Englund en siete películas más y una serie, ha hecho ganar a la franquicia creada por New Line Cinema millones de dólares vendiendo todo tipo de merchandising. En una de las películas imprescindibles para noches como ésta.Y ahora que he mecionado la serie... La peli sí la he visto muchas veces, pero de la serie tengo vagos y terroríficamente gores recuerdos de ella. Mis padres seguro que también se acuerdan del coñazo que daba para verla en los inicios de Telecínico (si, Telecínico, tú antes molabas) y las nochecitas que daba luego porque no me quería dormir. Yo tenía diez u once años y estaba segura de que iba a venir Freddy a por mí, pero la semana siguiente insistía para verla otra vez. Quién mejor para hacerte perder la inocencia que Freddy, el asesino de niños y adolescentes. 

Porque de éso va Pesadilla en Elm Street, de la pérdida de la inocencia. Fin. Un torbellino de hormonas  y pesadillas suburbanas, en el que la realidad y lo onírico están sólo separadas por el fugaz momento en el que nos quedamos dormidos. Imágenes con múltiples interpretaciones freudianas de índole sexual nos bombardean y se fijan en nuestra retina para persiguirnos para siempre. El guante de Freddy saliendo de la bañera, entre las piernas de Nancy, revela la auténtica naturaleza del ahora asesino, pero inicialmente, en la mente de Wes Craven, violador de adolescentes. Esta premisa del personaje no se llevó a cabo porque por aquellas hubo varios casos de violación en serie en California y el director decidió no hurgar en la herida y que lo pudieran acusar de aprovecharse del dolor de otros. No fué lo único que se cambió. El final original de Wes Craven era bueno, Nancy acababa con el y se acabó, pero el que paga manda, y New Line "sugirió" un final abierto para poder hacer secuelas. Por esta razón Craven no quiso saber nada de la dirección de la segunda parte. El violador violado.  

Cuánto descaro.
 Una muy buena película para pasar la noche de Halloween, la mejor para desear a Wes Craven que descanse en paz y, si Freddy Krueger os deja, que descanséis vosotros también.


¡Feliz Halloween a todos y devorad antes de ser devorados!





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