viernes, 22 de noviembre de 2013

NOTICIAS. Lo nuevo de Darren Aronofsky.


Esta semana nos ha llovido del cielo el tráiler de Noé (Noah), la última película del grandísmo Darren Aronofsky y que se estrenará en 2014.

Protagonizada por Russell Crowe, Jennifer Connelly, Emma Watson y Anthony Hopkins, entre otros, el argumento no va a ser ninguna sorpresa, pues todo el mundo conoce (o debería conocer) la historia bíblica del diluvio universal. Pero queremos ver al señor Aronofsky en acción, queremos ver masas ingentes de agua llevándose todo por delante en unos efectos especiales que nos dejen atónitos, queremos ver a Russell Crowe haciéndose el machote y gritando a los cuatro vientos mientras la lluvia empapa a Emma Watson, eh? Eh!?


Y es que con el currículum que gasta Darren Aronofsky, en la que ninguna de sus películas defrauda lo más mínimo, es para esperar su siguiente obra con más ganas que a los reyes magos.

Pi, fe en el caos fue lo primero que muchos pudimos devorar del director neoyorkino, un homenaje al estilo undeground, tan bello como complejo. Réquiem por un sueño, y lo que las drogas legales e ilegales pueden hacer en la mente humana. La fuente de la vida, complejos viajes en el tiempo e introspectivos, en busca de la cura del cáncer. El luchador, o la decadencia después de la gloria y Cisne Negro, thriller psicológico en torno a la representación de el lago de los cisnes. Obras Maestras, así con mayúsculas. Con una tremenda carga documental cada una ellas.

A la vista está que Aronofsky no es un autor muy prolífico, pero lo que hace lo hace de manera extraordinaria. Todas y cada una de sus películas merecen la pena, te remueven las vísceras, te sorprenden y te hacen sentir la historia desde dentro. Y, por si fuera poco, siempre asistimos a lecciones magistrales de dirección, en la gran pantalla. ¿Qué más se puede pedir? Que llueva, que llueva...






miércoles, 20 de noviembre de 2013

HE VISTO... Only God Forgives



Julian (Ryan Gosling), un fugitivo estadounidense dirige un club de boxeo en Bangkok, que realmente es una tapadera para traficar con drogas. Tras un ajuste de cuentas, su hermano, Billy, es asesinado. La madre (Kristin Scott Thomas) de ambos y jefa de una red criminal viaja con la excusa de repatriar el cadáver de su hijo, pero lo que realmente quiere es que Julian vengue la muerte de su hermano.

Only-God-Forgives11Abucheada en Cannes, algo mejor acogida en Sitges y dejando la crítica totalmente dividida. Así se presenta en sociedad Only God Forgives, y, ahora que la he visto, por fin, lo entiendo todo. Nicholas Winding Refn ha parido una obra con sello de la casa, que se admira o se repudia, tal cual. Nos encontramos ante una película en la que no hay cabida para las medias tintas ni para los “peros”.

Quizá muchos opinen que no hay nada más detrás de toda esa violencia explícita, pero, personalmente, me he encontrado con una inteligencia y elegancia visual que me ha engatusado, envolviéndome, como si fuera un caramelo, una historia de venganza y dignidad. La búsqueda de la redención que sólo llega a través de la violencia.

kristin-scott-thomas La historia y los diálogos, en algún caso la ausencia de ellos, no es algo que llene por completo, pero desde el primer fotograma, me ha maravillado la importancia que se le ha dado al color y a la composición, aunque, viniendo de un danés, con esa inquietud natural por experimentar con la iluminación, no era de extrañar
.
Cada plano está cuidado hasta el extremo de parecer un cuadro del más auténtico Tenebrismo con una iluminación exquisita y terriblemente complicada. Para los que no estén muy familiarizados con el Barroco, comento por encima que el Tenebrismo es una rama del Claroscurismo, representada sobre todo en la obra de Caravaggio o José de Ribera, en la que se conseguía un violento contraste de luces y sombras, forzando la iluminación en determinados puntos o ensombreciendo zonas para reforzar el horror y la crueldad. La vertiente más violenta del Tenebrismo vino de la mano de Artemisa Gentileschi.

Hecho el inciso cultureta de la semana, que creo importante para entender la impresión que ha causado en mi Only God Forgives, tengo que destacar y alabar  la dualidad intrínseca en cada imagen, dando importancia a los espacios, más como si fuera una fotografía que una imagen en movimiento, haciendo, en muchos de los casos, que la propia iluminación sea parte de la decoración.
Por un lado, el contraste de luces y sombras, perfectamente conseguido, donde cada elemento está colocado e iluminado de manera específica para que adquiera el peso que le corresponde en la imagen. Por otro, la dureza del contenido cada plano, que te bombardea la retina mientras el cerebro casi entra en éxtasis por la belleza de la composición y del color.

imagesUn color, duro y saturado, que domina la imagen por completo, siempre jugando con el contraste, complementando belleza y violencia, en sucesivos cuadros bicromos.

Winding Refn ha sabido aprovechar el impacto de la profundidad de campo, la composición con diagonales y tercios perfectos, y la repetición de planos y cuadros, creando un ritmo interno, que puede resultar lento, pero hace que todo baile al son de una melodía interna, dejándonos espacio para disfrutar entre secuencias así como un estribillo nos deja disfrutar entre las estrofas.

Esta entrada fue publicada originalmente en La isla de las Cabezas Cortadas, la web friki más elegante, el 29 de Octubre de 2013 y la podéis ver aquí.

lunes, 18 de noviembre de 2013

HE VISTO... Turistas (Sightseers)


Ganadora en Sitges de 2012 del premio a la mejor actriz y al mejor guión, Turistas es la típica película que, si no te la recomiendan, no te pararías nunca  a verla. Tercera película dirigida por Ben Wheatley, primera estrenada en España, con imágenes potentes y unos diálogos que te dejan, cuanto menos, descuadrado. Nadie se puede esperar que tras ese título haya una comedia tan negra y tan bruta.

Tina (Alice Lowe) es una persona despistada, simple y bastante retraída, pues no se ha separado de las faldas de su madre nunca. Su nuevo novio, Chris (Steve Oram), le propone un tranquilo viaje por Gran Bretaña. Lo que, a ojos de su madre, es una inocente semana viajando en caravana y, realmente comienza siendo así (un viaje bastante monguer por lugares desconcertantes y a veces deprimentes para una persona dentro de sus cabales) termina por convertirse en una road movie totalmente absurda y gore. Un desparrame auténtico con escenas inverosímiles, que producen un espanto muy gracioso.

La simpleza con la que Tina acepta todas las cosas que no conoce, da igual que sea una visita al museo del tranvía, al trepidante museo del lápiz o que estén cometiendo los asesinatos totalmente surrealistas que se suceden a lo largo de la historia. Eso es lo que hace diferente esta película. El descubrimiento de la perversión, la aceptación y el gusto por llevarla a cabo, de tal manera que un acto terrible parece casi una travesura. Este conjunto no hace si no satirizar, tanto en los propios personajes como en los actos que cometen, el desprecio que el ser humano siente por el ser humano.

Muy divertida de tan bruta y cafre que es, y con un final que, para ser sincera, no me esperaba tan sorprendente a la par que retorcido. Es una buena opción para pasar un rato de buen cine, con esas ocurrencias características de la comedia negra británica, a la que tanto agradezco su existencia.